Durante siglos, la selva permaneció casi intacta, hasta que en 1934 se creó oficialmente el Parque Nacional Iguazú, con el objetivo de proteger esta maravilla natural y su biodiversidad única. Fue el segundo parque nacional del país, y desde entonces, generaciones de misioneros, guardaparques, científicos y comunidades locales han trabajado para conservar este rincón extraordinario del planeta.
Hoy, el parque no solo resguarda 275 saltos de agua: también guarda la memoria de quienes eligieron cuidar lo propio, y el compromiso de seguir haciéndolo.